Una sanidad al servicio del pueblo

Sí hay esperanza frente a una sanidad al servicio de los grandes capitales farmacéuticos, fondos de inversión y aseguradoras que hacen de la sanidad un negocio milmillonario a costa de nuestra salud; una sanidad al servicio del pueblo.

Según datos de 2013 la sanidad pública española ha perdido casi 10.000 millones de euros durante la crisis. La media de recorte presupuestario en las CCAA es del 20%.

Las listas de espera se han disparado. A mediados de 2009 los pacientes que aguardaban más de seis meses para operarse eran el 5% del total; en 2013 ya suponían el 13,7%. Aunque estos últimos dos años disminuyan es a costa de derivar pacientes y recursos a la privada.

Sólo entre 2011 y 2013 la sanidad pública perdió el 19% de sus efectivos. En toda España, el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha perdido casi 5.000 trabajadores (médicos y enfermeros) entre 2010 y 2013. En 2010, según el informe, había 115.418 camas funcionantes en el sistema. Tres años después cayeron a 109.484. Es decir, casi 6.000 camas operativas menos, un 5,1% de descenso.

Los recortes y privatizaciones gestionados por el estado hacen que grandes fondos de inversión extranjeros como CVC (propietario de Quironsalud) y aseguradoras como Adeslas (propiedad de La Caixa y Mutua Madrileña) o Sanitas (propiedad de la británica BUPA) multipliquen su facturación.

Mientras el gasto sanitario de las administraciones públicas fue en 2013 de 63.006 millones de euros, 9.933 menos que cinco años antes, el mercado hospitalario privado en España factura aproximadamente 9.600 millones de euros, de los que 6.100 millones corresponden al mercado de los hospitales privados no benéficos.

Hace falta, como proponen otros programas, revertir los recortes y la privatización y defender una sanidad pública y universal; pero con ello no basta, hace falta otra sanidad, de conjunto, que esté al servicio del pueblo;

De estos, el grupo Quirónsalud, el grupo hospitalario más importante de España con un 25% de la cuota de mercado hospitalario privado y el tercero a nivel europeo, factura unos 1.500 millones de euros. Más de la mitad por convenios con la adminsitración pública.

Por otro lado, de 2010 a 2013, el volumen de primas de seguros privados de salud ha crecido un 9,32%.

Hace falta, como proponen otros programas, revertir los recortes y la privatización y defender una sanidad pública y universal; pero con ello no basta, hace falta otra sanidad, de conjunto, que esté al servicio del pueblo;

Detener los recortes y la privatización

1.- Aumentar la inversión pública en sanidad y dependencia hasta la media de la eurozona (7,4% del PIB) mediante la redistribución de la riqueza que acaparan una minoría. Sólo acabando con el fraude fiscal se podrían obtener recursos para revertir los recortes e invertir en mejorar la sanidad.

2.- Anular el copago farmacéutico y hospitalario y de la exclusión de medicamentos e insumos básicos de la Seguridad Social.

3.- Reintegrar de los inmigrantes sin papeles en el sistema público gratuito de salud.

4.- Paralización y reversión de la privatización sanitaria, tanto directa como indirecta, empezando por las leyes que la han permitido, como la Ley 15/97.

Avanzar en una sanidad al servicio del pueblo

De acuerdo a la orientación general de una sanidad para prevenir, curar, ahorrar y mejorar el nivel de vida al servicio del pueblo, los ejes de las principales medidas son:

1.- Asegurar la cobertura del conjunto de la población española:

a) Aumentar el personal sanitario

b) Poner la Asistencia Primaria en el centro

c) Reducir drásticamente las listas de espera

2.- Desarrollar todas las capacidades productivas y científicas autóctonas

a) Crear un tejido farmacéutico español

b) Por la base desarrollar la I+d+i

c) Crear una Central de Compras que abarate el gasto farmacéutico

3.- Desarrollar la democracia sanitaria

a) La gestión en manos de los profesionales y el tejido civil

b) Una Ley contra el delito a la salud que endurezca el castigo

c) Una Agencia de Evaluación independiente sobre eficacia y seguridad

1.- Una sanidad preventiva y más eficaz que cualquier aseguradora y empresa sanitaria, porque se adecuan recursos y horarios a prevenir la enfermedad y acabar con las listas de espera.

a) Aumentar las plazas de personal sanitario hasta cubrir la proporción por habitante que reclaman las sociedades científicas, potenciando con ayudas especificas que los jóvenes de familias con rentas bajas con vocación y voluntad puedan formarse con los mejores y recuperando la figura del médico de cabecera.

b) Poner la Asistencia Primaria en el puesto de mando de la Sanidad Pública, favoreciendo la integración socio-sanitaria. Aumentar el número de centros, el tiempo de visita mínimo y la implicación de médicos en tareas preventivas y educativas como es la educación alimentaria, sexual, etc.

c) Desarrollar la medicina especializada al servicio de prevenir y curar las patologías más graves, y de rebajar las listas de espera al nivel óptimo fijado por las sociedades científicas; abriendo los quirófanos, camas, pruebas; y ampliando el personal y los horarios de actividad (p.ej los fines de semana) tanto como sea necesario para cumplir dicho objetivo.

2.- Una sanidad que produzca fármacos y tecnología que compitan con las grandes farmacéuticas y tecnológicas.

a) Crear un tejido productivo farmacéutico (genéricos, p.ej) y tecnológico autóctono que transforme en patentes y producción material todos los avances realizados en nuestro país; que permita mejorar la accesibilidad a los tratamientos y reinvertir los beneficios en el desarrollo y mejora de la sanidad popular.

b) Desarrollar la Investigación e innovación desde el ámbito universitario y científico públicos, tanto en campos de alta tecnología (desde la nanotecnología a las células madre) como en campos que rinden terapias de coste mínimo, invirtiendo un porcentaje a la investigación de enfermedades huérfanas, raras u olvidadas (en definitiva, no rentables para los grandes capitales farmacéuticos) y fortaleciendo las líneas de cooperación con nuestras áreas de desarrollo natural, Hispanoamérica, norte de África, países árabes y otras zonas emergentes del planeta.

c) Rebajar el gasto farmacéutico, mediante una central de compra estatal que diversifique sus pedidos a países como Brasil, India o Sudáfrica, que venden sus genéricos hasta un 90% más baratos que las grandes multinacionales farmacéuticas.

3.- Una sanidad más democrática, que ponga la gestión sanitaria y financiera en manos de los profesionales y las asociaciones civiles, no de los capitales financieros y fondos de inversión.

a) Poner la gestión sanitaria y financiera en manos de los profesionales y asociaciones civiles.

b) Endurecer el castigo a los delitos contra la salud colectiva con una ley que a su vez reconozca, atienda y proteja activamente a las víctimas, como son las víctimas de la Talidomida, y tantas otras que esperan justicia en nuestro país.

Que proteja a la población, por el principio de precaución, con moratorias como la de la vacuna contra el virus del papiloma reclamada por miles de profesionales o frente a los campos electromagnéticos. Evitando la prescripción de los delitos contra la salud pública y contemplando la suspensión o expropiación de patentes de productos sanitarios si estos no son accesibles, como pasó con los enfermos de Hepatitis C.

c) Crear una agencia independiente de evaluación de las terapias, tanto farmacológicas como tradicionales, de su eficacia y seguridad. Hoy en día, la acupuntura, la reflexopodia podal o incluso la homeopatía se contemplan dentro de la cobertura médica en varios países occidentales.

Una respuesta a “Una sanidad al servicio del pueblo”

  1. Estimados Sres:
    Si esto puede ayudar. Existe un problema grave de desabastecimiento de medicamentos básicos. No se debe a la falta de capacidad productiva de los laboratorios en sí misma, sino que determinados laboratorios farmacéuticos elaboran medicamentos por ejemplo, para varios países, aunque la producción esté radicada en uno solamente. ¿Qué sucede? Que los países que adquieren esos medicamentos a mayor precio, son los privilegiados a la hora de recibirlos y los demás no, caso particular de nuestro país.
    Dado que existen, todavía, pequeños laboratorios independientes en nuestro país y poseemos una amplia cultura y conocimiento farmacéuticos, por ejemplo, en las universidades, soy partidario, como paciente crónico, de fomentar la investigación universitaria y el contrato de estos laboratorios para producir medicamentos genéricos, pues son mucho más baratos que los de marca. Por las capacidades limitadas de estos laboratorios, si los comparamos con las grandes multinacionales del sector, no cabría el temor a que vendieran sus productos fuera del país, y además, la dependencia del extranjero no serían tanta. También, ir aprovechándose de la caducidad de las patentes y modalidades de mejora farmacológicas, porque si un medicamento funciona, no hay razón para no usarlo.
    En otro asunto, habría que potenciar la sanidad preventiva y las políticas de salud pública, tanto para combatir las enfermedades transmisibles, como las no transmisibles.Sé que ciertas enfermedades no transmisibles son de difícil resolución porque están insertadas en la costumbres sociales tales como el alcoholismo, el tabaquismo, la ingesta masiva de alimentos con altas tasas de grasas, especialmente de origen animal, el abuso del azúcar, el sedentarismo, etc. Con ellos se evitarían muertes y condiciones de mortilidad que causan graves perjuicios no únicamente al paciente, sino al erario público.
    Muchas gracias por su tiempo.
    Atte.
    Carlos Pintor Extramiana

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